Hora de emprender

NUESTRA OPORTUNIDAD FRENTE A LA CRISIS

Por: Raúl Diez Canseco Ex vicepresidente

En los últimos tiempos, hemos sido testigos de gratificantes muestras del espíritu de superación de los peruanos, especialmente de jóvenes de escasa educación, de personas económicamente más débiles y de maestros del Perú profundo (San Martín, Cusco, Apurímac, etcétera). Al trabajar, por ejemplo, con miembros de las llamadas barras bravas del cono sur de Lima, con adultos de las casas de rescate o con miles de profesores, constatamos una vez más que lo que enciende el afán de progreso de todos ellos o lo que moviliza sus capacidades adormitadas es la mano extendida o el gesto solidario que consagra la oportunidad que buscaban en medio del afán por sobrevivir.

Siempre al final de cada uno de nuestros programas de capacitación, singularmente en tecnología informática, constatamos que los peruanos son capaces de convertirse en personas proactivas, positivas y emprendedoras.

En la era global, donde el mercado es el mundo, no solo es importante enseñar a pescar, también lo es enseñar a vender, a ser competitivos y a conquistar mercados cada vez más exigentes. Lo que significa que hay que saber elegir mejor la caña de pescar y prepararnos para convertirnos en ciudadanos del mundo y en empresarios globales.

Todos hemos sido testigos de la caída del Muro de Berlín que dividía al mundo en dos sociedades: el capitalismo y el comunismo. Pero existe un muro más alto aun que se cierne sobre todos nosotros. Este nuevo muro divide con arrogancia a los que saben y a los que no saben, a los que tienen acceso al conocimiento y a los que no. Es más vergonzoso que el anterior y hay que destruirlo.

El Foro Económico Mundial, el foro de Davos, que reúne a 41 jefes de Estado, 60 ministros de economía, líderes y directores de organizaciones no gubernamentales y empresarios, trata sobre cómo reconstruir el mundo posterior a la crisis. Para el Perú, que ha tenido celo en el manejo de sus cuentas durante la década en curso, no se trata de “reconstruir” sino de seguir construyendo en positivo lo que hemos avanzado. Y, desde luego, emprender iniciativas nuevas para mejorar la equidad en la distribución de la riqueza nacional y la igualdad de oportunidades para todos nuestros compatriotas.

Esto empieza, reitero, con educación de vanguardia que nos transporte plenamente a la sociedad de la información, es decir, al conocimiento. De allí nuestro credo y decisión de proponer al país una propuesta novedosa como Pueblo Emprende. No es un movimiento político más, es más que un movimiento puesto que servirá de plataforma para que los jóvenes accedan a lo que siempre se les ha negado: el poder. Desde luego, el poder para “poder” hacer cosas buenas.

Sé lo que digo y digo lo que pienso. Pienso que ha llegado la hora de la acción y de emprender con el pueblo una transformación sustantiva en el modo de mirar y entender las cosas, y actuar en consecuencia. Actuar para educar, potenciar nuestro capital humano, fortalecer el orden, la seguridad, el imperio de la ley y el respeto mutuo. Esto es sustantivo en democracia porque sin respeto al prójimo, a la autoridad y a la ley no vamos a ningún lado. Esta es mi visión, y la visión de una sociedad emprendedora. Esto no es un tema de elección, esto es un tema de responsabilidad continua y apremiante que no puede esperar el 2011 o el 2016 o el 2023.

Jorge Basadre selló una sentencia estimulante: “La promesa de la vida peruana atañe a la juventud para que la reviva, a los hombres de estudio en sus distintos campos para que la conviertan en plan, a la opinión pública en su sector consciente para que la convierta en propósito”. Hagamos que la promesa de emprender se convierta en esperanza. Esperanza que palpite hasta que logremos hacer del Perú un país de emprendedores.

Fuente: http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/hora-emprender/20090209/243547