domingo, 15 de febrero de 2009

Del Verbo Emprender

Por:
Salo Grabinsky

Mitos y realidades de un emprendedor

Desde hace décadas he sido un seguidor y admirador del señor Steven Jobs, fundador de múltiples empresas, visionario en múltiples sectores y, sobre todo, un emprendedor nato.

Desde los orígenes de su hazaña, en el garage de su casa junto con su amigo, un técnico joven, donde crearon el prototipo de la primera computadora portátil hasta esta fecha, Jobs ha revolucionado una y otra vez un sector de por sí muy dinámico, que es el de las computadoras, la electrónica y la telefonía celular.

No lo ha hecho sólo, por supuesto, pero su guía y el alcance de sus proyectos, aunados a la elegancia del diseño de artículos como las computadoras Ibook, los insustituibles iPods, el teléfono celular Iphone y, por otro lado, las figuras animadas de películas como Toy Story.

Jobs es un genio creativo, sin duda y conste que no recibo comisiones ni tengo ningún contacto con sus empresas, aunque sí con varios de sus productos. Los que lo siguen son más una secta o club de fans que sus empleados y clientes. Su carácter no es precisamente el de una perita en dulce, pero sí se le ocurre algo nuevo tiene un grupo de seguidores que lo apoyan incondicionalmente.

Vive con su esposa e hijos de manera bastante normal a pesar de tener un patrimonio en miles de millones de dólares. Jamás ha trabajado por dinero (excepto tal vez al principio), pero su capacidad creativa es inigualable.

Se le ha comparado con Bill Gates, el fundador de Microsoft, pero aunque también brillante, la gran diferencia estriba en el espíritu emprendedor, un tanto solitario de Jobs contra un empresario que en muchas ocasiones ha adquirido negocios y programas de computadora para impulsar su crecimiento y liderazgo.

El problema de Steven Jobs es simplemente humano. Hace varios años le detectaron un cáncer pancreático del que afortunadamente salió, y continuó su trayectoria. Sin embargo los últimos meses se le ha visto muy delgado y lo que parecía una deficiencia hormonal se ha convertido en algo mucho más serio. Tiene sólo 53 años y acaba de pedir un permiso por enfermedad a sus empresas.

Esta noticia causó revuelo. El show de Mc World en Las Vegas es como la peregrinación a un lugar sagrado para decenas de miles de personas. Steven Jobs se roba el podio, presenta maravillas y electriza a los asistentes con su visión. Este año no lo va poder hacer él y vamos a ver cuál es el resultado en la empresa.

Es duro decirlo pero uno de los grandes problemas de este emporio, Apple, es que depende de un líder innovador y carismático y estas cualidades no se dan en volumen. Hay muchos ejecutivos capaces o técnicos extraordinarios en la empresa o fuera. La pregunta es: ¿Qué pasará con el mundo de Steven Jobs creado con magia y un talento excepcionales y sobre todo en un momento de gran crisis que traerá serias disminuciones de demanda y ventas a casi todo el mundo? ¿Es indispensable tener un líder y cómo se blinda la continuidad y crecimiento de Apple sin su fundador, creador y principal motor?

Es de pensarse, porque conozco muchos hombres y mujeres emprendedores que, solo con su intuición, inteligencia y capacidad de tomar riesgos han creado grandes o pequeñas empresas de éxito. Lo malo es que se les olvida crear estructuras y un plan de sucesión integral para asegurar la supervivencia de su proyecto y estos castillos se derrumban al morir el fundador. Muy triste y peligroso para la economía de un país o región.

En verdad le deseo al señor Jobs que se cure y pueda seguir creando maravillas tecnológicas, productos y artículos elegantes, funcionales para un mercado que seguirá creciendo.

Seguiremos informando.

gzsalo@gmail.com
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